Después de que la semana pasada publicásemos los 10 factores que hay que tener en cuenta para elegir la maquinaria, continuamos con la serie de artículos sobre el coste total de la propiedad (CTP) enfocándonos en el uso que se hace de la máquina.
Entre la documentación que acompaña la compra de cualquier equipamiento, hay uno al que no siempre se le presta la debida atención: el manual de instrucciones. La experiencia (‘tenía uno similar’) o la pericia de cada persona (‘no es tan complicado’) son las que muchas veces acaban mandando en el uso de las máquinas. Pero esto no significa que siempre sea la solución más óptima para que no se estropee.
Seguir el manual es una forma de reducir los peligros del mal funcionamiento. Si no se hace caso de la guía del fabricante, se pone en riesgo la seguridad del propio operario que puede verse afectado por heridas de diversa consideración según el tipo de maquinaria esté utilizando. Además, también es peligroso para la propia máquina ya que puede averiarse y conllevar una reparación costosa. Por eso hay que estar alerta y detectar cualquier indicador de que la maquinaria no funciona como debería para detener el trabajo y analizar los posibles motivos.
Una forma de evitar sorpresas innecesarias en este sentido es utilizar cada máquina para lo que sirve. Lo comentamos en el segundo punto de nuestra guía de compra: la especialización es un factor determinante para decidirse. Si se compra una buena máquina para una tarea concreta, no tiene sentido utilizarla para lo que no ha sido diseñada. Por ejemplo: se puede adaptar una pala-cargadora en la parte delantera del tractor para hacer trabajos ligeros de carga, y es común hacerlo en determinadas zonas agrícolas, pero no se puede utilizar como si realmente fuera una máquina cargadora.
Se puede recurrir puntualmente a esta opción para solucionar algún problema concreto. Pero no ha de ser la tónica dominante porque afecta a las prestaciones, tanto de uno de como de otra. Así que no se acaba teniendo dos máquinas (en el ejemplo, tractor y cargadora) si no dos medias máquinas con más posibilidades de averiarse y romperse por forzarlas a desempeñar trabajos para los que no han sido creadas.
Sin duda, la mejor manera de asegurarse un buen uso es recurrir al concesionario donde se ha comprado la máquina. Ellos están acostumbrados a trabajar con ellas y conocen sus características y posibles problemas. Mediante planes de formación como los cursos que hacemos en Cervisimag nos aseguraremos de que se hace un buen uso y que no se pone en peligro la seguridad de nadie ni nada. La experiencia con el modelo de una misma máquina sí cuenta.
Ya ves que merece la pena invertir un tiempo extra en conocer el funcionamiento de la máquina para asegurarse de que se le dará el uso correcto. Ponerla en marcha rápidamente es una cosa y otra muy diferente utilizarla para que dure más tiempo y así rentabilizarla a más largo plazo.
La próxima semana te explicaremos cómo influye el mantenimiento preventivo en el CTP.
Información que puede ser de su interés:
- Los 10 factores que hay que tener en cuenta para elegir la maquinaria