La innovación no está solo en el fabricante, también forma parte de algunos clientes que aprovechan las características de la máquina para sacarle el máximo rendimiento. Así lo ha hecho la empresa Hermann Trollius GmbH en Alemania que ha utilizado una excavadora Sennebogen con tren de rodaje de orugas que normalmente se utiliza en depósitos de chatarra o en la manipulación portuaria para recoger los residuos que se generan durante la extracción de piedra caliza y dolomita.
En la comercialización tradicional, el lodo de dolomita se considera un residuo. Hasta ahora, a esta mezcla de agua y polvo no se le había encontrado ninguna utilidad y era desechada en grandes cantidades. Pero Hermann Trollius la ha empezado a comercializar como fertilizante, después de probar que tiene los mismos beneficios que la caliza.
El concepto ha sido desarrollado por los trabajadores y el propio fundador de la empresa. Básicamente, consiste en una excavadora Sennebogen 830 con bomba excéntrica que transporta el material hasta una cisterna agrícola mediante una tubería, todo ello manejado desde la propia máquina. Y, desde la cantera, se distribuye directamente a los campos de los alrededores.
El modelo 830 de Sennebogen máquina tiene un alcance de 17 m lo que permite situar la bomba en el borde de la balsa de lodo y su cabina MaxCab se eleva hasta 2,7 m para una mejor visibilidad del espacio de trabajo.
Un caso de éxito que demuestra que se puede combinar eficientemente la tradición y la modernidad en beneficio del medioambiente.
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